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La burocracia, un muro invisible

ISABEL DÍEZ-DÍAZ – 20 JUNIO 2021

El lunes 12 de abril se acercó al Punto de Información para personas Migradas/ Migratuendako Informazio Gunea (PIM-MIG) un joven tremendamente triste; tenía 29 años y había salido de su país con ilusión por trabajar y buscar un futuro mejor para él y su familia. No tenía dinero, ni comida, ni techo, ni ropa de abrigo. Hacía mucho frío. El Punto de Información lo formamos unas pocas personas voluntarias que atendemos presencialmente una hora a la semana. No tenemos subvenciones ni recursos. Tratamos de encontrar techo al joven al menos para unos días. Telefoneamos al albergue de Trinitarios, pero estaba cerrado por un caso de Covid; al albergue de Jesús y María (en ese momento cerrado a peregrinas y abierto para personas en situación de emergencia), pero nos dijeron que sólo atendían a personas empadronadas; a la Policía Municipal, pero nos dijeron que no tenían bonos (para) de pensión para él; de nuevo al albergue Jesús y María y, tras mucho insistir, dejaron que pasara una noche.

A las 9.30 de la mañana del día siguiente pasé a buscarle al albergue con un abrigo. Tenía la esperanza de que acompañándole podríamos encontrar algún recurso, porque volvía a estar sin techo ni comida. Nos acercamos a la Unidad de Barrio del Casco Viejo y esperamos el turno, pero cuando nos tocó se negaron a atenderle porque no estaba empadronado. Fuimos entonces al Servicio de Alta Exclusión del Ayuntamiento; esperamos un buen rato, pero tampoco le atendieron porque no tenía padrón. Seguidamente llegamos a Cáritas pero, como atienden sólo con cita, no le recibieron. Le dieron una cita para unos días después en la que tampoco le darían opciones por estar la entidad desbordada.

Descansamos un momento para llamar a una compañera del Punto que paralelamente trataba de buscar por teléfono. Me dijo que los educadores del comedor municipal le habían explicado que era un servicio para personas empadronadas, que también había probado con la Dirección de Políticas Migratorias, pero que sólo había podido hablar con la administrativa, a la que contó la situación pidiendo que transmitiera el mensaje, pero no le devolvieron la llamada.

Después de colgar, fuimos hasta el Paris 365 para preguntar si podía comer allí. Nos atendieron muy rápido, pero no tenían plazas libres. Hacia la 13h00, DESESPERADA, llamé por teléfono al Ayuntamiento, pero me dijeron que la competencia era de Bienestar Social del Gobierno, así que también lo intenté allí, pero dijeron que la competencia era municipal. Llamé a la Dirección de Politicas Migratorias y de allí llamaron al Servicio de Alta Exclusión del Ayuntamiento, a dónde nos dijeron que fuéramos. Volvimos de nuevo al Ayuntamiento y esperamos hasta que la técnica de Alta Exclusión salió de una reunión. A las 14,30 nos atendieron; esta vez le dieron un bono para una semana de comida en el comedor municipal y una noche más de albergue. Llevábamos desde las 10 dando vueltas de ventanilla en ventanilla.

Este recorrido administrativo, además, es mucho peor cuando van solos. Primero porque no saben dónde dirigirse y este deambular les puede costar varios días. Y segundo porque suelen tener la barrera del idioma, no entienden bien el funcionamiento de nuestra burocracia (si es que alguien puede entenderla) y, según hemos constatado, el trato que se les dispensa, en muchas ocasiones, no es el mismo si van acompañadas con una persona local que si llegan solas.

La mayoría de las personas migradas que viven entre nosotras no viajan por placer; llegan, generalmente, después de un largo calvario, huyendo de guerras o de la pobreza provocada por el saqueo de los recursos de sus países por los países del norte, buscando una vida digna. La burocracia es otro de los muros a los que se tienen que enfrentar; es un muro invisible pero tremendamente eficaz. Los requisitos burocráticos imposibles de cumplir para muchas personas les convierten en personas sin derechos; lo que posibilita su explotación en nuestros campos, cuidando a nuestros mayores o en nuestros prostíbulos. Son personas que sueñan con una oportunidad para poder trabajar, obtener derechos como persona y tener una vida digna; lo mismo que no hace tanto hicieron muchas personas de aquí trabajando en Latinoamérica o Europa y lo mismo que está haciendo ahora una parte de nuestras y nuestros jóvenes que no encuentran aquí trabajo.

¡Pedimos atención digna para todas las personas!

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Presentación PIM

Primavera de 2020, se presenta el Punto de Información para personas Migradas (PIM), Pertsona Migratuendako Informazio Gunea (MIG) en Iruñea, decenas de personas y colectivos se unen apoyando esta iniciativa.

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CONFINAMIENTO Y HACINAMIENTO EN PAMPLONA

ÁLVARO CÍA GARCÍA 24.04.2020

Nasly tiene 32 años, procede de Colombia, tiene 2 hijas de 6 y 12 años. Viven en una habitación de menos de 8 m2 en la Rochapea junto con Andrea, también colombiana, y sus criaturas de 3, 5 y 7 años. Por esa habitación Nasly paga 350 € al mes. La habitación es tan pequeña que sólo cabe una cama de matrimonio, ni siquiera da para poner otro colchón en el suelo. En esa cama duermen las 7. En esa cama tratan de hacer las tareas escolares y en ese espacio minúsculo tratan de llevar una vida digna estas mujeres luchadoras. Nasly acogió a Andrea solidariamente por no dejarla en la calle con sus pequeñas.

El Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra están dejando en la estacada a las personas más vulnerables de nuestra comunidad. La sociedad navarra es diversa y multicultural y, por desgracia, también con una diferencia de ingresos económicos considerable. Las medidas de confinamiento que se han tomado, tanto en el ámbito estatal como en el local, no tienen en cuenta estas diferencias ni las situaciones a las que se enfrentan muchas familias en exclusión.

Tracy, de Nigeria, vive con su hija de 18 meses en una habitación en San Jorge. Con la cama, la silleta y un armario apenas tienen espacio para moverse. Paga 280€ al mes y ni siquiera tiene derecho a uso del salón. Es víctima de violencia de género y llegó a Pamplona alejándose de su exmarido, un maltratador español. Recibe la Renta Garantizada, pero busca empleo y una vivienda digna desde hace tiempo. “Me siento como en una cárcel”, nos dice.

Como Nasly, Andrea y Tracy hay cientos de familias en Pamplona, muchas monomarentales y con criaturas a su cargo, que malviven en situación de hacinamiento en pequeñas habitaciones, con sus derechos humanos básicos vulnerados: derecho a una vivienda digna, a la educación y de la infancia. El Ayuntamiento de Pamplona posee más de 100 viviendas vacías en zonas como el Mercado del II Ensanche, la antigua Estación de Autobuses, el Grupo San Pedro en la Rochapea o el paseo de Sarasate. También el Gobierno de Navarra dispone de más de 150 viviendas de camineros distribuidas por la geografía navarra. El nuevo Departamento de Políticas Migratorias y Justicia tampoco parece que dé solución a esta situación por contar con recursos insuficientes para abordar de forma correcta e integral estas situaciones de vulnerabilidad extrema y exclusión residencial, al tener Navarra un raquítico parque público de vivienda de alquiler social. Probablemente, Ayuntamiento y Gobierno nos respondan que dichas viviendas están pendientes de reformas y no cumplen las condiciones adecuadas. Señores/as de las instituciones, ¿acaso estos miserables pisos patera de alto coste las cumplen? Urge adoptar medidas ya para esta situación de emergencia de vivienda que, si en condiciones normales ya es intolerable en una sociedad supuestamente desarrollada, en esta situación de confinamiento es totalmente inadmisible.

Isabel vive en una habitación en la Rochapea con su hija de 17 años, sin ingresos ni alimentos, le niegan la ayuda de emergencia por no llevar 1 año empadronada en Navarra. Tampoco a Andrea, con 3 menores, porque sólo lleva desde enero; ni a Paola, durmiendo en un sofá y sin ayuda ni para alimentos; ni a S., con 3 criaturas, encerradas en una habitación con miedo a salir por el maltrato por parte del propietario: “Mis hijos lloran y yo lloro por ellos mirando al techo sin poder hacer nada por ayudarles”, cuenta.

Las Unidades de Barrio y las trabajadoras sociales no les pueden ayudar porque les dicen que no hay recursos en su situación. Evidentemente, no es sólo un problema de migración, sino que es una cuestión del Departamento de Vivienda, de Salud, de Educación, de Igualdad y de Derechos Sociales, especialmente de la infancia, y como tal hay que tratarlo. El Defensor del Pueblo de Navarra, Javier Enériz, ha solicitado información al Gobierno de Navarra y al Ayuntamiento de Pamplona-Iruña para valorar esta situación. Demandamos la creación de una mesa trabajo y coordinación ante esta emergencia entre Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona-Iruña, y todos sus departamentos internos, para dar una respuesta integral a esta situación de forma inmediata.

Publicado en:

https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/tribunas/2020/04/24/confinamiento-hacinamiento-pamplona/1040957.html

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UN MUNDO AL REVÉS

CARMEN LACUNZA ASTIZ 20/04/2020

La actual situación de parón generalizado nos está sirviendo para ver claramente lo obvio, aquello que nuestra hiperactividad cotidiana, combinada con los mensajes recibidos desde los «medios de distracción y persuasión», nos permitían no percibir; que estamos viviendo en un mundo al revés.

En un mundo en que el dinero es la religión absoluta, cuánto más esencial es el trabajo de una persona peor pagado está; quienes están cuidando a nuestras personas mayores o con necesidades especiales, limpiando nuestras casas y cultivando nuestras tierras lo hacen en general a cambio de salarios de miseria. Al mismo tiempo, buena parte de los trabajos mejor pagados serían prescindibles, como los relativos a la economía financiera o los futbolistas de élite.

La actual emergencia sanitaria nos ha permitido comprobar, si aún teníamos alguna duda, los resultados de «externalizar» a empresas buena parte de los servicios esenciales, como las residencias de personas mayores. En las residencias gestionadas por empresas subcontratadas las y los residentes no reciben una atención adecuada porque el número de trabajadoras, tan estresadas como mal pagadas, es muy escaso. Muchas de estas personas que realizan los trabajos peor pagados han llegado de otras tierras y buena parte de la sociedad les mira por encima del hombro. Son utilizadas como chivo expiatorio de todos los males de nuestra sociedad; «vienen a robarnos nuestro trabajo, nuestra vivienda, nuestro bienestar…», fomentando la guerra entre pobres y desviando la atención de los auténticos culpables; quienes buscan el beneficio económico a costa de lo que sea.

Estas personas migrantes que están haciendo los trabajos esenciales a menudo no tienen los papeles en regla ni forma de regularizar su situación. Como en una pesadilla kafkiana se encuentran atrapadas en un contexto de normas inhumanas y en un sofisticado e infinito laberinto burocrático de ventanillas administrativas. Estas personas en situación irregular, tremendamente vulnerables –más bien vulneradas– son para el mercado mano de obra a precio de saldo.

En una manifestación de hipocresía infinita, en el contexto de la crisis del coronavirus, las instituciones del Estado no han tenido rubor en ofrecer contrato a personas extranjeras con títulos sanitarios no homologados, advirtiéndoles de que es algo coyuntural; que cuando acabe la crisis sus títulos serán de nuevo inservibles.

Paradójicamente, muchas de estas personas vienen de países tan empobrecidos como ricos en recursos. De hecho, muchas veces su miseria es consecuencia de la riqueza de sus tierras. Los «informativos» nunca nos cuentan que muchas de esas personas que llegan han salido desesperadas de su casa huyendo del cambio climático o de guerras organizadas para que enormes empresas multinacionales con capital europeo puedan explotar los recursos de sus territorios al menor coste posible.

Hoy he desayunado café cultivado en Nicaragua, he encendido la calefacción con gas de Argelia, he mirado mis «wasaps» en un móvil fabricado con coltán del Congo y la hora en un reloj alimentado con litio de Bolivia. Mi ropa está fabricada en Bangladesh y mis zapatillas de deporte en Indonesia. La gasolina de mi coche fue producida con petróleo de Nigeria.

¿Por qué ponemos tantos muros a las personas que vienen de otros lugares? ¡Todas las personas tenemos los mismos derechos! Ojalá la especial situación que estamos viviendo nos sirva para poner en valor lo esencial.

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https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2020-04-20/hemeroteca_articles/un-mundo-al-reves

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EXPLOTACIÓN LABORAL EN NUESTROS CAMPOS. ¿MIRAMOS PARA OTRO LADO?

CARMEN LACUNZA ASTIZ 17/04/2020

Philip Alston, Relator Especial de la ONU, describió recientemente que las recolectoras de fresa en Huelva vivían como animales, a kilómetros de distancia de las tomas de agua, sin electricidad ni sanitarios adecuados, rivalizando su situación con las peores condiciones que había visto en cualquier otro sitio del mundo.

Triste y vergonzosa es la utilización que la clase política hace de la población migrante de origen extracomunitario. Una perversa regulación normativa impide contratar legalmente a un buen número de extranjeras y extranjeros que residen en el Estado español –aquellas que se encuentran en situación administrativa irregular– permitiendo en cambio contratar legalmente a quienes no viven aquí. Es el caso de las miles de trabajadoras de la fresa que cada año llegan de Marruecos a trabajar a los campos andaluces y de otras muchas personas de diferentes orígenes que vienen a la campaña del espárrago, de la fruta con hueso, esquile de ovejas, etc.

La situación de excepcionalidad que estamos viviendo está mostrando en toda su crudeza la hipocresía del sistema. Hace unas semanas, para resolver la necesidad de personal sanitario, el Gobierno ofreció la posibilidad de trabajar a personas extranjeras con título sanitario no homologado; les advertía sin rubor de que al acabar las necesidades sanitarias sus títulos se volverían de nuevo inservibles. Unas semanas después, ante la falta de mano de obra suficiente para el campo debido al cierre de fronteras, el ministro de Agricultura hablaba de contratar a personas extranjeras en situación irregular.

El Real Decreto-Ley 13/2020, aprobado el 7 de abril por el Gobierno con intención de dar respuesta al déficit de mano de obra en la agricultura, no permite trabajar a personas en situación irregular; únicamente permite prorrogar los permisos de trabajo que terminen entre el 14 de marzo y el 30 de junio y contratar a jóvenes extutelados de entre 18 y 21 años en situación regular. El nuevo decreto posibilita compatibilizar contratos en la agricultura con el cobro de diversas prestaciones. ¿Es una medida pensada para posibilitar que la población autóctona se anime a trabajar en el campo al poder complementar con otros subsidios los salarios de miseria que se están pagando en la agricultura? Los empresarios agrícolas consideran que las medidas son insuficientes para cubrir la demanda. El verdadero motivo es que no encuentran personas dispuestas a trabajar en condiciones tan penosas. ¿Por qué una actividad esencial para la vida está tan mal pagada? Philip Alston, Relator Especial de la ONU, describió recientemente que las recolectoras de fresa en Huelva –que trabajan para grandes empresas que obtienen importantes beneficios– vivían como animales, a kilómetros de distancia de las tomas de agua, sin electricidad ni sanitarios adecuados, rivalizando su situación con las peores condiciones que había visto en cualquier otro sitio del mundo.

Otro sector con dificultades para encontrar personal es el del metal. Aquí en Navarra, Fundación Elkarte afirma que en los últimos meses 16 empresas del sector han contactado con la Fundación demandando personas formadas. Elkarte asegura que existen personas migrantes cualificadas que se han formado intensivamente en teoría y práctica y que cuentan con las preceptivas tarjetas de prevención de riesgos laborales, puente grúa y carretilla elevadora, pero que motivos administrativos impiden que puedan ser contratadas legalmente y además les dejan fuera de los paquetes de medidas aprobadas para mitigar el impacto económico y social de la actual situación.

Nos oponemos a este modelo de desarrollo, basado en la vulneración de derechos de una parte de la población. Como otros muchos colectivos y ONGD de Navarra y de todo el Estado, reclamamos al Gobierno de Navarra que exija contudentemente al Gobierno del Estado la aprobación de medidas para regularizar a las personas que se encuentran en situación administrativa irregular. Las personas migradas son seres humanos con todos los derechos, derechos que ahora mismo no les están siendo reconocidos.

Animamos a colectivos, sindicatos, asociaciones y ciudadanía en general a sumarse a la campaña por la regularización de las personas migradas que se encuentran en situación administrativa irregular así como de las personas solicitantes de asilo en espera prolongada de la resolución de su solicitud.

Publicado en:

https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/la-opinion-del-lector/2020/04/17/explotacion-laboral-campos-miramos-lado/1039250.html

https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/explotacion-laboral-en-nuestros-campos-miramos-para-otro-lado

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UNA UTOPÍA POSIBLE

ÁLVARO CÍA 26/03/2020

Amanece en nuestra pequeña capital de provincia 10 años después de la llegada del Coronavirus, ese pequeño virus que dió vuelta a nuestro sistema. Vale la pena echar la vista atrás para darnos cuenta de los grandes pasos que hemos dado como humanidad desde entonces, algo probablemente casi sin precedentes, semejante a los avances que se dieron en la Grecia Clásica o en la Revolución Francesa. Sirva este documento de recordatorio para las jóvenes generaciones que apenas conocieron ese pasado.

El Coronavirus nos sirvió para darnos cuenta de la importancia de tener un sistema público de calidad. Antes existía una sanidad privada, en competencia con la pública, que pagaba quién podía permitírsela y que se lucraba con las enfermedades de la gente, al igual que una poderosísima industria farmaceútica cuyos productos no podían comprar en países empobrecidos. Por entonces fue también cuando todas las residencias de personas ancianas se hicieron públicas, pues el virus se cebó en ellas dado que, para enriquecerse, invertían poco en atención y cuidados. Además en la sanidad pública había largas listas de espera y había personas a las que sólo por el hecho de haber nacido en otro país se les negaba la asistencia sanitaria durante varios meses.

Muchos de nuestros alimentos venían de muy muy lejos, contaminando el planeta en su transporte y enriqueciendo a grandes multinacionales. Los pequeños grupos de consumo ecológico existentes se reprodujeron a millares, creando la actual Red de Consumo para la Soberanía Alimentaria en la que compramos los alimentos directamente a las y los agricultores y hortelanos locales, sin contaminación y favoreciendo el empleo local digno. La creación del Oiko y de otras monedas sociales locales también favoreció esto, pues ayudó a consumir productos y servicios locales, frente a la evasión de capital que hacían las grandes transnacionales, ya desaparecidas, que tenían sus sedes en paraísos fiscales, pagaban poquísimos impuestos y acumulaban ingentes cantidades de dinero en muy pocas manos. Todo ello, claro está, sustentado en la extracción de recursos naturales a bajo precio en países empobrecidos y en la explotación laboral de las personas más desfavorecidas del planeta ¡Incluso con trabajo infantil! Curiosamente había medios de comunicación que no solamente no criticaban esto, sino que lo ocultaban y publicaban otro tipo de noticias, que hacían que la mayoría de la gente no les cuestionara porque, a lo sumo, lo que realmente querían era ser ricos como ellos y consumir sin límite. La economía relocalizada fue uno de los grandes avances que nos trajo el Coronavirus.

Hubo otros, como el impulso definitivo de las cooperativas de energía renovable, que acabó con grandes empresas contaminadoras en las que luego se colocaban las y los dirigentes al dejar la política. O la creación de las Cajas de Ahorro Éticas, que ahora sirven a su verdadero fin, el ahorro de la gente y el apoyo al emprendimiento en empresas que benefician al planeta. Aunque ahora cuesta creerlo confiábamos nuestros ahorros a bancos que obtenían grandes beneficios invirtiendo en armamento y en mera especulación, con sedes en paraísos fiscales hechos para evadir capital, y cuyos tentáculos estaban en la política, en los medios de comunicación y en las grandes empresas; todo lo alcanzaban. Todo esto consiguió detener el cambio climático, algo que parecía imparable, más que todo porque había mucha gente poderosa enriquecida a la que no le interesaba detenerlo.

La crisis postvírica fomentó la solidaridad del pueblo. Empezó con los movimientos en barrios y ciudades para asistir a familias y mayores que necesitaban cuidados o ayudarles a hacer la compra u otros menesteres. Y terminó con la creación de la apreciada Red de Autogestión Horizontal, que tanto ha ayudado a la mejora de la vida de las personas mayores, de las necesitadas de cuidados, personas con discapacidad y otras vulnerables. La solidaridad fue el auténtico virus de rebelión que triunfó y se mantuvo tras la crisis inicial. La que nos hizo ser conscientes de nuestra situación privilegiada frente a gran parte del planeta. Claro que todo esto fue posible gracias a que el Estado también asumió sus responsabilidades, instauró la Renta Universal y la reducción de jornada laboral, que permitió que todas las personas, independientemente de su situación y origen, tuvieran un mínimo para vivir. Antiguamente, pese a contar con impresionantes riquezas, había personas que pasaban hambre, que dormían en la calle, o familias de extranjeras que se hacinaban en pequeñas habitaciones, a las que además no se permitía trabajar aunque quisieran y fuera necesario para la sociedad. Otras personas se aprovechaban de esto para explotarlas o para especular con los alquileres enriqueciéndose a su costa. Suena increíble ¿no?

La creación de la Vivienda Pública por Derecho acabó con todo esto. Como lo hizo también la supresión del Ejército y la creación de la Matriz de Ayuda al Entorno (MAE). Teníamos un ejército para guerrear ¿Con quién? Ni idea. Ahora, como sabéis, la MAE ayuda aquí y en el exterior con personal formado en aspectos sanitarios, educativos, en mediación para la paz y en reconstrucción, que realmente pueden colaborar con países en conflicto o víctimas de catástrofes naturales.

El virus también ayudó a ser conscientes de lo que supone estar privado de libertad, sin libre circulación, confinados en casa. Antes se recluía a la gente durante meses y años sólo por tratar de llegar a Europa huyendo de la guerra y de la pobreza. Morían a miles en el mar, mujeres con sus criaturas incluso, porque no se les dejaba venir, ante la indiferencia general. Por fin se abrieron las fronteras, se abrieron las puertas de los CIES y se desmantelaron todos los campos de refugiados.Y toda aquella gente contribuyó al resurgir económico de esta sociedad multicultural y diversa que ahora tenemos. A pasar de un sistema patriarcal a uno matriarcal, con todos sus valores añadidos, que pone el énfasis en la cooperación, no en la competitividad, que ya no lucha por los recursos, sino que los administra y redistribuye, y a una cultura de paz, no de violencia, tanto en las relaciones personales como en las internacionales. En fin, nuestra pequeña ciudad, y el mundo en general, ha llegado a ser lo que es porque muchas y muchos pensaron y actuaron con determinación para que así fuera.

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https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/una-utopia-posible

https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/la-opinion-del-lector/2020/03/30/utopia-posible/1034756.html

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21 DE MARZO: DÍA CONTRA EL RACISMO

ISABEL OCHOA 21.03.2020

Con toda seguridad, la idea de raza es el instrumento más eficaz de dominación social que se haya inventado. La eficacia de este instrumento de dominación radica en aceptar la idea de que la raza es un fenómeno biológico a pesar de que las distintas disciplinas académicas han desmontado esta teoría. Este argumento establece las relaciones de poder de unas personas sobre otras. El racismo es un mecanismo ideológico que justifica las agresiones y los privilegios de unas personas sobre otras. La historia está plagada de ejemplos conocidos, desde la colonización hasta el actual fenómeno migratorio, pasando por el esclavismo, el nazismo, el apartheid. A lo largo de la historia y hasta nuestros días, apelar a la diferencia racial ha servido para considerar inferiores a las mujeres, a los niños, a los pobres, a las personas con discapacidad, a las diferencias culturales, a la clase trabajadora, a las diferentes opciones sexuales, limitándonos e impidiendo el acceso, a la mitad de la población, a los mismos derechos y condiciones de igualdad. De este modo, están resurgiendo los nuevos discursos racistas en Occidente, y no solo estos, sino el blindaje occidental a través de restricciones, cierre de fronteras, políticas y legislación que trata de impedir la pérdida de esos privilegios y del poder de unos sobre otros.El racismo se mezcla con otras formas de desigualdad social, de clase y de género, por lo que continuamos soportando formas de discriminación como la xenofobia o los prejuicios culturales, étnicos o de clase, mostrándonos las diferencias culturales como algo insalvable y convirtiéndonos en chivos expiatorios raciales.A pesar de las campañas y acciones que se realizan en contra de este modo de dominación, hoy, Día contra el Racismo, es necesario seguir reclamando y recordando que todavía muchas personas seguimos sufriendo racismo y dominación y se hace necesario seguir reclamando todos los derechos para todas las personas. Es por ello que invito y animo a la sociedad navarra a salir al balcón de su casa y sumarse a la cacerolada a las 12 del mediodía, porque sabemos que si tenemos los mismos derechos, se acaba el chollo de la clase dominante.

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https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/cartas-al-director/2020/03/21/21-marzo-dia-racismo/1032391.html

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DEVOLUCIONES EN CALIENTE

ISABEL OCHOA ELIZALDE 18.02.2020

La reciente Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que avala las llamadas “devoluciones en caliente” levanta la condena a España por estas prácticas.El fallo nos preocupa y nos enfada, porque estas prácticas, habituales en todas nuestras fronteras, son ilegales conforme al Derecho Internacional. El fallo sienta un precedente nefasto, negando el derecho de las personas migrantes y/o refugiadas a acceder a un procedimiento individual de asilo. De este modo, las autoridades competentes pueden devolver a las personas a un tercer país sin evaluar el riego que puede conllevar para su seguridad o sus vidas (víctimas de trata, de explotación, de identidad de género o sexual, de ideario político o religioso).Ylva Johansson, la comisaria europea de Interior, defiende el derecho de solicitar asilo, pero considera que ese derecho “no se puede ofrecer en cada metro de la línea fronteriza”. Nos preguntamos dónde va a poder solicitarse. ¿En las oficinas cerradas de Ceuta y Melilla? ¿En Madrid? Si los devuelven a otro país ¿dónde? ¿A gritos desde el otro lado de la valla o de la frontera? Devolver a las personas sin tener en cuenta sus derechos, sin saber si pueden ser solicitantes de asilo o personas refugiadas, castiga la estructura más básica que nos sostiene como seres humanos. Es ésta una época triste para los derechos humanos.La Convención de Ginebra establece que “no se puede penalizar a una persona por haber entrado en un país de forma irregular”. Estas prácticas, incumplen de manera sistemática la normativa internacional, además de vulnerar el principal derecho de cualquier persona a ser tratadas como ser humano.Tal y como dice José Palazón (Asociación Pro Derechos de la Infancia –Prodein–), “el Tribunal Europeo de Derechos Humanos deja de ser una referencia en Derechos Humanos. Nos han quitado una institución fundamental, que para muchas personas es el único recurso, fuera de nuestro país, para sostener los derechos dentro de Europa”. Lamentamos esta sentencia desfavorable, que va a permitir a la Unión Europea seguir aplicando políticas racistas y xenófobas en nuestras fronteras. España, tal y como viene recogido en la Constitución, es un Estado Democrático y de Derecho, por lo que exigimos que en dicho Estado no quepa la vulneración de derechos humanos.Recojo una reflexión que hizo, el mismo día en que se publicó dicho fallo, Yayo Herrero en el Foro Gogoa “Si la valla que rodea Europa, además de no dejar entrar personas migrantes no dejara entrar energía, materiales, pesca, alimentos y otros productos manufacturados, esta Europa no se sostiene ni dos meses”.Por ahora, esta partida la han ganado ellos, pero aquí seguimos y seguiremos, luchando por defender todos los derechos para todas las personas

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https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/cartas-al-director/2020/02/18/devoluciones-caliente/1023963.html

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HUERTA DE PERALTA: SOBERANÍA ALIMENTARIA Y DERECHOS

09.02.2020

El abandono de los pueblos y la industrialización de la agricultura y la ganadería en Navarra, fundamentalmente en las décadas 60 y 70, fue una realidad que sigue produciéndose, tristemente para nuestra salud, para nuestra alimentación y para nuestra soberanía alimentaria. Las personas que nacimos en Navarra en los años 70 recordamos cómo nuestras abuelas y abuelos cultivaban el campo y mantenían una economía circular, pegada al territorio, sin la utilización de pesticidas. En ese momento nos alimentábamos de productos kilómetro 0. Desde entonces, hemos ido dejando el campo cada vez en manos de menos productores y grandes propietarios, que en muchos casos practican una agricultura y ganadería industrializada que envenena no sólo lo que comemos sino también la propia tierra. Los alimentos se mueven hoy demasiados kilómetros, están muy envasados y son producidos a menudo por personas que trabajan para grandes empresas en condiciones de explotación. Cuando compramos tenemos que preguntarnos qué se esconde tras esos precios tan baratos.

Conviviendo con esa realidad industrializada, cada vez más cantidad de personas productoras y consumidoras apostamos por el cultivo ecológico, las pequeñas producciones y la ganadería no intensiva de km 0; gracias al esfuerzo de estas productoras y productores no está todo perdido.

En el aspecto humano, quienes trabajan como recolectores en los campos navarros son en muchos casos personas migrantes que han venido a Navarra a vivir y trabajar. Son personas llegadas desde lugares empobrecidos a consecuencia de guerras provocadas por intereses económicos y energéticos, vulneración de derechos, esclavitud laboral, cambio climático, etc. Detrás de muchas de estas migraciones forzosas se encuentran multinacionales europeas y el actual modelo de consumo. Esta población migrante trabaja en el campo porque no hay suficiente población autóctona que decida quedarse a trabajar y vivir en el medio rural.

En Navarra, durante el pasado invierno vivimos las protestas de los trabajadores de Huertas de Peralta por los abusos que se estaban cometiendo contra ellos. Posteriormente, estas demandas han sido ratificadas en el juzgado, que les ha dado la razón obligando al empresario a regularizar la situación de los trabajadores y respetar sus derechos. Jornadas interminables, derechos conculcados y despidos por denunciar estos abusos. Desde parte del movimiento sindical y desde otros colectivos se apoyó esta lucha. Los trabajadores de Huerta de Peralta nos dieron una lección de dignidad, pero un tiempo después empezaron a llegar multas a quienes participaron en las protestas sindicales. El caso más indignante es el de Abdenabi, trabajador acusado de “atentado a la autoridad”, para el que la fiscalía solicita dos años y medio de prisión y 2.500 euros de multa, lo que, debido a la ley de extranjería, supone para Abdenabi la deportación: cinco años de expulsión. Además de ser abusado, no se respeta el derecho sindical que le asiste de denuncia de su situación.

La reflexión desde las personas y colectivos que trabajamos en pro de la soberanía alimentaria no puede ser otra que la de exigir, no sólo el derecho de los pueblos a una alimentación sana y suficiente para todas las personas, sino ante todo derechos y dignidad para todas y todos los trabajadores del campo en Navarra, porque los alimentos deben ser producidos en condiciones de justicia y dignidad. Los derechos que deben ser garantizados incluyen el de protestar contra tu situación laboral cuando se cometen abusos contra tu persona; no puede ser que cuando lo denuncies y protestes por ello te pretendan expulsar del estado.

No podemos permitir que en nuestra tierra se vulneren derechos humanos básicos. ¡Queremos a Abdenabi libre, porque migrar, organizarse y luchar no pueden ser un delito!

Firman este artículo: Maritxu Saenz Azkona, Nekane Luqin Chandía, Javier Álvaro Pastor, Miren Arantzazu Ozcoz Marcilla, Inmaculada Lamberto Goñi y Carmen Lacunza Astiz. Activistas en Jateko-Grupo de consumo de alimentos ecológicos de Iruñea

Los trabajadores de Huerta de Peralta nos dieron una lección de dignidad, pero un tiempo después empezaron a llegar multas a quienes participaron en las protestas sindicales

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SI FUESE TU HIJO…

CARMEN LACUNZA ASTIZ
9/05/2019
Escuchando por la radio que ha naufragado una patera en Cádiz y que una madre y su hijo están desaparecidos me viene a la cabeza este poema que Sergio Guttilla dedicó a 100 personas que en junio de 2018 se ahogaron en un naufragio frente a las costas libias. No son números y cifras lo que Europa está dejando que se ahogue en el Mediterráneo; son personas. Tienen amigos y familiares, miedos y sueños. Son personas como tú y yo:
«Si fuese tu hijo/ llenarías el mar de barcos/ de cualquier bandera./ Querrías que todos juntos,/ por millones,/ hiciesen de puente/ para hacerle pasar./ Muy atento,/ jamás le dejarías solo./ Harías sombra/ para que sus ojos no se quemen,/ le cubrirías/ para que no se moje/ ni le salpique el agua salada».
«Si fuese tu hijo, te tirarías al mar,/ matarías al pescador que no presta su barco,/ gritarías pidiendo ayuda,/ a las puertas de los Gobiernos que se cierran/ para reivindicar la vida».
«Si fuese tu hijo, hoy estarías de luto,/ odiarías al mundo, odiarías los puertos./ Llenos de esos barcos inmóviles/ odiarías a los que los mantienen inaccesibles y lejos/ de quienes, mientras tanto/ sustituyen los gritos por el sabor del agua del mar».
«Si fuese tu hijo, los llamarías/ villanos inhumanos, porque lo son./ Deberían detenerte, retenerte, bloquearte,/ te gustaría partirles la cara,/ ahogarles a todos en el mismo mar».
«Pero no te preocupes en tu cálido hogar./ No es tu hijo, no es tu hijo./ Puedes dormir tranquilo/ y sobre todo sereno./ No es tu hijo./ Sólo es un hijo de la Humanidad perdida,/ de la Humanidad sucia que ni siquiera hace ruido./ No es tu hijo, no es tu hijo./ Duerme tranquilo, por supuesto./ No es el tuyo».
Publicado en :
https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/cartas-al-director/2019/05/10/son-numeros-son-personas/828115.html
https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2019-05-09/hemeroteca_articles/si-fuese-tu-hijo